Mochila ya en Chiloé... pasaje directo a Castro.Bajamos del bus y un sin fin de voces cantan en el anden, a lo lejos se observan canastas, flautas, carpas, huevos duros y niños riendo por un par de gotas que justo caen en mi cara.
Por fin en a 2 pies... comenzamos nuestra ruta.
El gran primer paso... buscan sitio donde acampar... Gito y Lore esperan en la esquina, yo me aventuro por las calles de castro preguntando por patios.
Entro a una peliqueria... "no señorita, no se donde puede haber algo", paso por un negocio, por 2 casas con pasto verde musgo, por un pedazo de cuadra y por fin el dato llega."Siga derecho, 2 cuadras más alla doble a la izquierda, ahí hay un sitio que arriendan, enfrente del estadio, cerca del hospital"
En frente del estadio, gito estará contento
Cerca del hospital, que habrá querido decir con eso?.Subo y bajo, los pasos de cebra se respetan, las gotas de rocía me acarician... no puedo más que sonreir.
"Se arriendan sitios"Entro, y recuerdo de inmediato los consejos: "hazte un casa, di que somos volunatrios"... - me sinrio a mi misma... toc-tco, aloooooo!Sale una señora, de mediana edad, me mira de pies a cabeza. La saludo como si la conociera de toda la vida, me sonrie - parece que mi aspecto calza con su expectativa - le cuento que somos 3, y que nos quedaremos solo por una noche. Cuesta converncerla, dice que no acepta a amigos porque causan desorde... vacilo. Dentro de 5 min. más estoy de vuelta."Tenemos sitio..."
Dueños del tiempo, del viento, de nuestros pasos, del sur y tambien del norte. El hambre comienza a reclamar en lenguaje de mochilero... ¿completos?, COMPLETOS!
El frío comienza a amenzar y mientras pensamos en ir a brigarnos, ya tenemos vistas las cervezas... todo vieja debe partir con un salud.
Lugar elegido, mirador, tiempo elejido, ahora, pasos dirigidos: 3 cervezas más empanas de queso, frío en los huesos, rocío de sur...
Conversamos de la vida, tiramos por la baranda las mascaras, somos 3, dos camaras, 6 manos y las mismas ganas de sentir, de existir, de dejar los pasos marcados y el rocío enmarcado.
somo lo que somos, sin temer a lo que parecemos
Escudo auspicia, y el saborcito comienza a subir... risas, carcajas, empanadas acabadas, zapatos de lado... Tiempo en el mirador?, nunca lo supimos.
Paseo por feria artesal, nuestros dedos lloran, el bolsillo tiembla y los instrumentos se aparecen dandonos la bienvenida.
somo lo que somos, sin temer a lo que parecemos
Escudo auspicia, y el saborcito comienza a subir... risas, carcajas, empanadas acabadas, zapatos de lado... Tiempo en el mirador?, nunca lo supimos.Paseo por feria artesal, nuestros dedos lloran, el bolsillo tiembla y los instrumentos se aparecen dandonos la bienvenida.
Feria de Castro
Dos cintillos y dos gorros de lana son la consecuencia... caminando hacia... donde sea, de pronto se aparece un puesto de ceviche. No hay tiempo pa pensarla $1000 el plato. Gito compra, yo y la lore cruzamos por vino blanco.
Caminamos ahora, con cerveza y vino blanco en el cuerpo, el frío nos dejó de gritar y cual niños jugamos a ser turistas en nuestra tierra.
Paseamos por los ferrocariles, saltamos en tierra firme, y nos hundidos en la fotografías... la tarde pasó a su ritmo.
Es hora de cenar... creyendo que en un par de horas más rogaremos por unps fideos. Pasamos por un supermercado, "un gustito" por ser el primer día... compramos fideos, sopa y el infaltable vino.
Bolsa de plastico, zapatillas mojadas, cuerpos sin ya tanto alcohol, una mirada más a la plaza, plan para entrar el vino, plan para sonreirle a tia veronica, estrofas que suenan de vez en cuando... de vuelta a nuestro hogar de tela.
Hora de cocinar, la luz del día nos despidió en la entrada. Ollas y cosinilla a gas, primeros grandes fideos con salsa, primer vinito pal frio, primer cubierto ensuciado...
Cierro los ojos... el día en Castro queda entonces registrado para rememorarlo un 23 de mayo, bajo un cielo gris como aquel, con las manos heladas y esa senación de haber vivido nuevamente con Nuestras mochilas en Chiloé....
