El Cruce del comienzo

Por fin tierra firme; 11 de febrero en Puerto Montt, Cielo despejado, viento marino, repartición de materiales... comenzamos a dibujar!

Las mochilas huelen por vez primera el aire sureño, es hora de sacar los cortavientos y las bufandas, la cruzada en ferrier "le lleva" una brisa de viento frío y un par de rafagas de sol que este día se avesinan con fuerzas. La primera foto oficial fue improvisada, como todo hasta ahora. En un atril sobre mi mochila descanza la cámara de Gito... 1 2 3, click! el momento quedó estampado, los recuerdos salen a bailar y el viaje en ese entonces comienza a caminar.

Pasaje a Ancud directo! sin mayor tramite que el asiento de la ventana, 5 billes de $1.000 salen del saldo dando un nuevo computo, los numeros se plasman en el papel... es lógico, aquí el inginiero lleva las cuentas. Un lápiz pasta azul, un pedazo de papel viejo... Gito anota, nosotras reimos, el bus se observa, las mochilas pesan, el bus ya se va, la Lore compra cigarron, yo le ruego al chofer para que nos espere, Gito llega, la Lore tambien... en menos de media hora estamos nuevamente sobre 4 ruedas, esta vez el rumbo es otro: la isla grande de Chiloé.

El trayecto comienza a ser conocido, recuerdo haber pasado años atrás... sin embargo la sensación es mágica y primeriza... esta vez dos corazones amigos viajan a mi lado.
Las casas al lado de camino huelen a madera húmeda, sus chimeneas encendidas nos parecen recordar que el Sur es sinonimo de fuego, humadera y calor.
El mar se comienza a vislumbrar, y un ferrier anclado nos da la bienvenida.



Desde ahora somos amos y señores de nuestros pasos, la guia que antes parecía papel e ideas se transforma en huellas concretas que descanzaran en diversos lugares, aun no sabemos a donde vamos, con quien nos encontraremos, donde dormiremos, si la lluvia llegará o el sol seguirá siendo nuestro guía, no sabemos mayormente de las tradiciones ni de los nombres de quienes nos sonreiran...
Sin embargo lo único que sabemos, esque desde ahora viviremos en un pedazo de tierra flotando en el mar, con eventos fortuitos y plagados de simbolismos que serán los encargados de moldear este viaje, este sueño, esta historia.